Hay una pequeña frase que su incoherencia me cautiva: " Seamos realistas y hagamos lo imposible". Puede que el tipo sea considerado un loco, un revolucionario pero no tiene nada de tonto ni de represario. Quizás fue demasiado, dicen que los excesos son malos, al menos en la mayoría de los casos y al parecer esta no fue la gran exepción que yo esperaba. Como mi compañero Victor Jara cantaba: " porque él regala su vida, ellos le quieren dar muerte". Se escapó de las manos, se secó la esperanza de ver un mundo gobernado para el pueblo y no por sobre el pueblo, se secó así como la tierra del desierto que espera con ansias la lluvia para revivir aquello que parecía muerto, se secó como la cultura autóctona de chile que nosotros mismos queremos colonizar, se secó porque nadie se preocupó de cultivarla.
Y la verdad es que no se puede culpar a algunos por todo esto, somos todos los culpables de ser partícipes de un mundo que está hecho para el que puede estar en el, no para el que quiera estar en el. Somos todos lacayos de uno que otro baboso, estamos encadenados a vivir como nos dicen que tenemos que vivir. Nadie está preparado para florecer, sólo se debe hacer... aprender. Quizás es la costumbre, quizás es la ignorancia, al menos eso prefiero pensar... no quiero creer que se ha muerto la esperanza del pueblo por volver a brillar.
Marjorie Farías González, Estudiante de Trabajo Social.
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